jueves, 15 de septiembre de 2011

Ellos...

Entonces ella había hecho ese gesto insensato. Se había echado contra él y le había besado, besado como si su vida dependiese de ello. El apenas había tenido tiempo para tirar el dinero sobre la mesa para pagar, ella le había cogido de la mano y le había arrastrado.

Habían remontado el tiempo atravesando la habitación.Habían respirado el olor del pasado y se habían arrancado cada pieza de ropa como si apartaran los obstaculos de su memoria, desnudándose sin dejar de mirarse a los ojos, para no perder ni un precioso segundo, pues sabían que los minutos estaban contados, que se hundirían en un espacio-tiempo, un espacio-inocencia que les sería muy difícil volver a encontrar y del que no debían perder nada. Habían titubeado hasta la cama y solo entonces, como si hubiesen alcanzado la meta de su viaje, se habían mirado con una sonrisa temblorosa de vencedores atónitos.